lunes, 10 de marzo de 2008
Nervios ...
Con los nervios de punta nos dejó este personaje. Insistentemente, quería suplantar a cuanto ciclista alicaído llegaba a la camioneta de Serenazgo de Lima. Su oportunidad llegó y el Rímac admiró en el lo que no se debía hacer.En lo personal, no pude contener mi temor por lo que pudiera provocar. Bastó, solo, un "keko" para que este servidor público, impulsado por su responsabilidad civil, para decirle que no podíamos seguir escoltándolo, mientras el pelotón seguía su rumbo 10 cuadras arriba. Prometió regresar más decidido.
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